No es la primera vez que Michel Foucault (1926- 1984) aparece acusado en las primeras páginas mucho después de su muerte. Un trabajo de un filósofo canadiense en 1993 (1) comentaba que había transmitido el virus de sida, sabiendo que estaba infectado,entre los gays de California. La difusión duró un tiempo y quedó reducido en el debate de los intelectuales norteamericanos. A los académicos franceses no les importó. Por ese tiempo había salido el libro de Alan Sokal (2), donde acusaba a varios popes y próceres del postmodernismo de Francia, meterse en campos de la física y ciencias exactas, utilizando un lenguaje y un análisis donde todo valía. A su vez por ese tiempo salió el ‘Libro negro del psicoanálisis’ y se tocaba a su máximo exponente: Jacques Lacan. Era el avance de una línea cognitivista norteamericana, de la mano de la globalización y el neoliberalismo.
La aparición del libro de Guy Sorman, ‘Mi diccionario del Bullshit’, tuvo un
fuerte impacto editorial. No por lo que le habían propuesto, que era escribir
de la A a la Z, una serie de personajes y temas que se entiende muy bien en la
cultura francesa. Causó escándalo y repercusión el dedicado al punto ‘Pedofilia’,
donde escribe que el filósofo francés Michel Foucault, cuando concurría en Túnez
a visitar menores, les pagaba para tener sexo. Así como hoy se sabe más de
viajes turísticos (a África o Asia) donde se incluyen en el paquete la
pornografía o pedofilia. Sorman (filósofo, periodista) se sorprende de esta
repercusión de su libro, porque dice que lo había dicho hace dos años, y que
todos en Francia lo sabían: pero quién se iba a tirar contra Foucault. Aquí
comienza el recorrido con Foucault entre los maestros de la sospecha. Ante las preguntas que cualquiera puede
hacerse vale decir: ¿pero es verdad?: sí y no es una noticia nueva que Foucault
era homosexual y que podría tener inclinaciones perversas con menores. Entonces aparece como un segundo juicio: ¿eso
está mal?: claro que está mal. Cualquier violencia sobre menores está muy
mal, por lo menos a partir de lo que en el siglo XX, se logró conquistar como
derechos de los niños. Siglos anteriores también estaba mal (como la violencia contra
las mujeres), o el trabajo esclavo de niños y mujeres: pero estaba naturalizado
que el mundo fuera así.
Cuando se habla de la Grecia antigua como cuna de la
civilización, siempre se soslaya cómo era y funcionaba la sexualidad de los atenienses. Tanto el
psicoanálisis, como antropólogos e historiadores del arte, supieron darle nuevos
sentidos y explicaciones a la bisexualidad de determinados filósofos (Platón y
Aristóteles en sus concepciones como algo natural de la esclavitud), o
militares- dioses como Alejando Magno. Eran los mancebos- que en la moral
griega de ese tiempo- se encargaban de pasar de un estado a otro en el ritual
del inicio sexual (3). No estamos
justificando a Foucault, queremos mostrar dos cuestiones: a) la que venimos
dándole contexto de cómo funciona en las culturas lo oculto, lo prohibido, lo
que Freud describe muy bien en ‘Totem y Tabú’, o que los antropólogos
estructuralistas han aportado de las nuevas jerarquías en los distintos
continentes. b) en algo que se viene observando en ‘los discursos del poder’, a
partir de los 90. Otro claro ejemplo de otro pope de las letras francesas, como
Albert Camus, es explicado por ‘Varguitas’ (Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de
Literatura, candidato a presidente por Perú de un partido liberal-
conservador), como el adalid liberal en detrimento de Jean- Paul Sartre
(filósofo existencialista) (4). Estos discursos tienen su prensa, su buenas
tiradas de difusión, y saben a qué público apuntan. Esta vez se difundió más, y
tocó el tema de moral sexual, que tiene otra forma desde los movimientos feministas de este siglo y
que se amplió con el ‘Me too’, por lo menos en los países del norte.
‘Mi diccionario del Bullshit’ tiene otros puntos, que
a nosotros los Latinoamericanos también nos interpelan. Tiene un punto dedicado
al ‘Papa’. A francisco lo describe como un Papa Rojo y Verde (y aquí se le
filtra la ideología neoliberal). “Rojo:
Francisco multiplica las declaraciones hostiles a la economía de mercado. Al
hacerlo, hace suyas las tesis que estaban de moda en la América Latina de su
juventud, tal como fueron formuladas por Dom Helder Cámara, el Cardenal Rojo de
Recife o el influyente escritor uruguayo Eduardo Galeano, teóricos de la llamada
teología de la liberación”. Por eso sus explicaciones sobre Foucault, a
quien lo ubica como ‘intocable’ y entre los intelectuales que osaron cuestionar
al poder, en el Mayo francés del 68 (que terminó luego con la salida de De Gaulle).
Francia parece que quiere olvidarse de esos tiempos de pensadores marxistas, de
esa última revolución inconclusa en Europa, donde se juntaron estudiantes
universitarios y obreros en las calles de París, para reclamar entre otras
cosas: ‘La imaginación al poder’
Carlos
Liendro
Notas
(1) James Miller. La pasión de Michel Foucault.
(2) Alan Sokal, físico. El título del libro era ‘Imposturas intelectuales’.
(3) Freud, era un estudioso de los mitos y la cultura griega, de allí derivaba sus comprension del Eros y Thánatos, como de la sexualidad.
(4) Cuando aparecieron estas versiones de un Camus muy liberal, salieron varios libros de un Camus libertario: anarquista. Su enfrentamiento en 1952, con el director de ‘Les Temps Moderns’, lo definen hoy como el triunfo de una moral política sobre el ‘comunismo’ de Sartre. Polémica que no terminó así.