Literatura, filosofía, psicoanálisis

domingo, 11 de abril de 2021

LOS DISCURSOS DEL PODER. Respuesta a Guy Sorman

 



No es la primera vez que Michel Foucault (1926- 1984) aparece acusado en las primeras páginas mucho después de su muerte. Un trabajo de un filósofo canadiense en 1993 (1) comentaba que había transmitido el virus de sida, sabiendo que estaba infectado,entre los gays de California. La difusión duró un tiempo y quedó reducido en el debate de los intelectuales norteamericanos. A los académicos franceses no les importó. Por ese tiempo había salido el libro de Alan Sokal (2), donde acusaba a varios popes y próceres del postmodernismo de Francia, meterse en campos de la física y ciencias exactas, utilizando un lenguaje y un análisis donde todo valía. A su vez por ese tiempo salió el ‘Libro negro del psicoanálisis’ y se tocaba a su máximo exponente: Jacques Lacan. Era el avance de una línea cognitivista norteamericana, de la mano de la globalización y el neoliberalismo.

La aparición del libro de Guy Sorman, ‘Mi diccionario del Bullshit’, tuvo un fuerte impacto editorial. No por lo que le habían propuesto, que era escribir de la A a la Z, una serie de personajes y temas que se entiende muy bien en la cultura francesa. Causó escándalo y repercusión el dedicado al punto ‘Pedofilia’, donde escribe que el filósofo francés Michel Foucault, cuando concurría en Túnez a visitar menores, les pagaba para tener sexo. Así como hoy se sabe más de viajes turísticos (a África o Asia) donde se incluyen en el paquete la pornografía o pedofilia. Sorman (filósofo, periodista) se sorprende de esta repercusión de su libro, porque dice que lo había dicho hace dos años, y que todos en Francia lo sabían: pero quién se iba a tirar contra Foucault. Aquí comienza el recorrido con Foucault entre los maestros de la sospecha. Ante las preguntas que cualquiera puede hacerse vale decir: ¿pero es verdad?: sí y no es una noticia nueva que Foucault era homosexual y que podría tener inclinaciones perversas con menores. Entonces aparece como un segundo juicio: ¿eso está mal?: claro que está mal. Cualquier violencia sobre menores está muy mal, por lo menos a partir de lo que en el siglo XX, se logró conquistar como derechos de los niños. Siglos anteriores también estaba mal (como la violencia contra las mujeres), o el trabajo esclavo de niños y mujeres: pero estaba naturalizado que el mundo fuera así.

Cuando se habla de la Grecia antigua como cuna de la civilización, siempre se soslaya cómo era y funcionaba  la sexualidad de los atenienses. Tanto el psicoanálisis, como antropólogos e historiadores del arte, supieron darle nuevos sentidos y explicaciones a la bisexualidad de determinados filósofos (Platón y Aristóteles en sus concepciones como algo natural de la esclavitud), o militares- dioses como Alejando Magno. Eran los mancebos- que en la moral griega de ese tiempo- se encargaban de pasar de un estado a otro en el ritual del inicio sexual (3). No estamos justificando a Foucault, queremos mostrar dos cuestiones: a) la que venimos dándole contexto de cómo funciona en las culturas lo oculto, lo prohibido, lo que Freud describe muy bien en ‘Totem y Tabú’, o que los antropólogos estructuralistas han aportado de las nuevas jerarquías en los distintos continentes. b) en algo que se viene observando en ‘los discursos del poder’, a partir de los 90. Otro claro ejemplo de otro pope de las letras francesas, como Albert Camus, es explicado por ‘Varguitas’ (Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, candidato a presidente por Perú de un partido liberal- conservador), como el adalid liberal en detrimento de Jean- Paul Sartre (filósofo existencialista) (4). Estos discursos tienen su prensa, su buenas tiradas de difusión, y saben a qué público apuntan. Esta vez se difundió más, y tocó el tema de moral sexual, que tiene otra forma desde  los movimientos feministas de este siglo y que se amplió con el ‘Me too’, por lo menos en los países del norte.

‘Mi diccionario del Bullshit’ tiene otros puntos, que a nosotros los Latinoamericanos también nos interpelan. Tiene un punto dedicado al ‘Papa’. A francisco lo describe como un Papa Rojo y Verde (y aquí se le filtra la ideología neoliberal). “Rojo: Francisco multiplica las declaraciones hostiles a la economía de mercado. Al hacerlo, hace suyas las tesis que estaban de moda en la América Latina de su juventud, tal como fueron formuladas por Dom Helder Cámara, el Cardenal Rojo de Recife o el influyente escritor uruguayo Eduardo Galeano, teóricos de la llamada teología de la liberación”. Por eso sus explicaciones sobre Foucault, a quien lo ubica como ‘intocable’ y entre los intelectuales que osaron cuestionar al poder, en el Mayo francés del 68 (que terminó luego con la salida de De Gaulle). Francia parece que quiere olvidarse de esos tiempos de pensadores marxistas, de esa última revolución inconclusa en Europa, donde se juntaron estudiantes universitarios y obreros en las calles de París, para reclamar entre otras cosas: ‘La imaginación al poder’

Carlos Liendro

Notas

(1) James Miller. La pasión de Michel Foucault. 

(2)  Alan Sokal, físico. El título del libro era ‘Imposturas intelectuales’. 

(3)  Freud, era un estudioso de los mitos y la cultura griega, de allí derivaba sus comprension del Eros y Thánatos, como de la sexualidad. 

(4)  Cuando aparecieron estas versiones de un Camus muy liberal, salieron varios libros de un Camus libertario: anarquista. Su enfrentamiento en 1952, con el director de ‘Les Temps Moderns’,  lo definen hoy como el triunfo de una moral política sobre el ‘comunismo’ de Sartre. Polémica que no terminó así.


viernes, 24 de julio de 2020

Soledad secuestrada

El escenario pandémico resignificó los mundos privados y el aislamiento es una danza permanente con la incertidumbre. Quizá, ese "tsunami en cámara lenta" del que habla la filósofa, esté invitando a experimentar nuevas rupturas y celebraciones.
Filósofa punk - Esther Araceli Díaz | Planeta de LibrosEsther Díaz: "No tengo prejuicios sexuales y sigo dispuesta a ...

Te he buscado en la noche milenaria que devoró a Kant y a Marco Bruno. Debo confesar que te he soñado en la confusión de vastos urinarios. Repitiendo mil sandeces te he buscado (Y finalmente te he encontrado: eres la soledad ante la cual me postro para que surja el argumento de mis poemas. El poeta cubano Reinaldo Arenas rescata la soledad como a priori de la creatividad. Aislarse para reencontrarse. La milenaria sentencia sigue vigente. “Conócete a ti mismo”. Conocerse, aquí, significa ocuparse. Mirarse en el espejo de la soledad para redescubrir nuestro proyecto originario. El impasse pandémico abrió un sendero en el bosque de lo real. Penetremos para explorar quiénes somos y proyectar quiénes desearíamos llegar a ser.
Internacional y nacionalmente transitamos diferentes etapas de la cuarentena. Pero la experiencia de países que nos precedieron en enfermar y “sanar” demuestra que en ninguna parte se recuperó la vida pre-covid. Mordaza y distanciamiento como horizonte. Las zonas liberadas de la cuarentena deben reinventar el mundo. Marcar alejamientos, reducir reuniones, vivir la incertidumbre. El virus, en teoría, está en todas partes, pero no puede entrar adonde no lo llevan. Cuanto más aislamiento, menos circulación. Está hipótesis puede variar. No obstante, promediando julio de 2020 el director de OMS asegura “no habrá regreso a la normalidad en un futuro previsible”.
Surfeamos la inquietud sobre un tsunami en cámara lenta. No obstante, dejarnos colonizar por los rezongos es como ladrar a la luna, ni se mosquea. Y como el coronavirus es una realidad contundente, la soledad y el distanciamiento nos interpelan. ¿Cómo responder? Con la queja o con el baile. La primera paraliza, lo segundo vitaliza. “Solo creería en un dios que supiese bailar”, dice Nietzsche, a quien su casera -espiando por el ojo de la cerradura- vio bailar solo y desnudo, exultante ante la inmensidad de su Zaratustra.
Wittgenstein remaba horas hasta arribar a un fiordo solitario y allí permanecía durante meses para concentrarse y escribir. Teresa de Ávila, que se aisló voluntariamente, proclamaba su preferencia por la verdad que encontraba en soledad, antes que el error con el que solía chocar en compañía. Sin embargo, hay personas que perciben la soledad como un destino maldito. Para Alejandra Pizarnik era doloroso porque experimentaba la ruptura de la melodía de sus frases y, en soledad, sentía que sus palabras se suicidaban. Como tempranamente lo haría ella misma, quizás por solitaria.
La soledad por aislamiento forzoso es una realidad objetiva, pero la manera en que afecta a las personas es subjetiva. Hay quien experimenta mal la soledad en el encierro, pero hay quien la disfruta. Existen también multitudes solitarias, tal como las denomina David Riesman, que postula la existencia de personas “dirigidas por sí mismas” o “dirigidas por otras”. De ahí se desprende el enrarecimiento que sienten quienes perciben la soledad pandémica como chantaje contra la sociedad o su persona.
“No es bueno que el hombre esté solo, crearé una ayuda adecuada para él” (Génesis 2:18-23). De un solo tiro dos descalificaciones. Desde los mitos fundantes la soledad y la mujer son devaluadas: una es mala, la otra mera ayuda. Desde la poesía, Baudelaire piensa que multitud y soledad son términos iguales y convertibles, pues quien no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo en multitud. Desde la ciencia, Émile Durkheim analiza el sentimiento de soledad ante crisis y masificaciones que producen “sensación” de soledad. Los traumas colectivos -guerra, pandemia, terremotos- acentúan esa sensación. Con El suicidio, Durkheim puso en el tapete la soledad urbana como problema. Ochenta años más tarde Foucault, en Vigilar y castigar, construye el concepto de “soledad secuestrada” o panoptismo. Una soledad acompañada por la mirada omnipresente del vigía.
La soledad -impuesta o elegida- requiere ser conquistada. Hay que escarbar entre sus riquezas escondidas. Según Séneca la soledad no es estar solo, sino vacío. La creatividad a nivel afectivo, intelectual o artístico requiere soledad. Es evidente que la soledad no deseada es pasible de generar rechazo. Pero ante lo ineluctable, ante lo que no se puede modificar con nuestra intervención, solo queda el lamento o la serenidad jovial.
Considerar las contrariedades como un ejercicio vital era la consigna que guiaba a los filósofos estoicos. Ejercicio del alma cuando no puede ser del cuerpo; ejercicio del cuerpo cuando el alma está tan herida que es mejor que no piense; de ambos, cuando las condiciones lo permiten. Encontrar líneas de fuga para el deseo, apostar a buscar pasiones alegres incluso en medio de las amargas. Practicada por elección, la soledad nos transporta a la fertilidad creativa. Aunque en nuestras sociedades la soledad no tiene buena prensa. Se la asocia con abandono, sufrimiento, aburrimiento. Pero la soledad no es una derrota social. Es elección o circunstancia. El desafío es qué hacer con el malestar. Es tiempo de pensarnos. Los goznes del mundo están chirriando, necesitan lubricante. Uno muy eficaz es la sabiduría de asumir lo inevitable. No es resignación, es re-asignación. Asignar otro sentido a lo forzoso. Afirmar nuestra subjetividad es el comienzo; reforzar nuestra estima, la continuación; sentirnos dignas, la meta.
                                                                            * * *
Muchos años después frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía habría de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Mucho más que ciento veinte días de cuarentena son Cien años de soledad, un himno a las soledades latinoamericanas pobladas de mariposas amarillas. Gabriel García Márquez desliza entre sus páginas que el secreto de una buena vida no es más que un pacto honrado con la soledad. Quienes vivimos la irrupción del coronavirus estuvimos, estamos y podríamos volver a estar en soledad a causa de la pandemia. No existe, por ahora, potestad humana que cambie esa contundencia. Pero podemos trabajar sobre nuestra subjetividad como una escultora lo hace con la roca, hasta arrancarle nuevas formas a nuestro modo de vivir, hasta sentirnos en armonía con el universo, hasta hacer de nuestra propia vida una obra de arte.
fuente: La 12


domingo, 24 de mayo de 2020

Georg Groddeck, el inventor de el ELLO

Volviendo a retomar la correspondencia Freud- Groddeck, iniciamos con parte de su biografía, para entenderlo en contexto

El libro del ello - georg groddeck - taurus 105 - Vendido en Venta ...Efecto Groddeck – Discursividad analítica

Su amigo Sandor Ferenczi

En la correspondencia Freud-Groddeck, éste se reitera numerosas veces como un discípulo de Freud y así lo tomaremos, como un discípulo, no como alguien disidente o que se quiera apartar de sus teorías, como pueden verlo otros .
En la vida de Groddeck hubo otro hombre importante como colega y como amigo .Este hombre fue enviado por Freud para sustituirlo ( en el año 1921) en la Marienhöhe . El nombre de este psicoanalista es Sandor Ferenczi.
Es necesario recordar que Groddeck invitó numerosas veces a Freud y una vez también a su hija Ana a pasar unos días de vacaciones en la Marienhöhe . Freud nunca fue . Freud y Groddeck se vieron pocas veces, casi toda su relación fue epistolar .
Al poco tiempo de conocerse Ferenczi y Groddeck se hicieron grandes amigos . Incluso en algunos puntos las ideas de Groddeck y de Ferenczi parecen similares . Así dice la primera carta de Ferenczi a Groddeck fechada en agosto de 1921 : "Tengo la idea de unir lo útil a lo agradable y de pedirle si Ud. puede reservarnos para mi mujer y yo un cuarto que nos venga bien . Si es posible, yo quisiera igualmente que me lo comunique y que también me diga los precios habituales de la habitación y de la pensión . Lo que ha determinado la elección de nuestro lugar de vacaciones ha sido, ante todo, la esperanza de poder estudiar más precisamente y con vuestro permiso, vuestra manera de aplicar el psicoanálisis a los enfermos orgánicos, que me interesa al más alto punto".
Como dijimos, Groddeck y Ferenczi se hicieron amigos . Ferenczi solía pasar en la Marienhöhe las vacaciones . Esto era una forma de cura para su atención médica porque Groddeck lo atendía y hablaban cosas íntimas . Algunos han visto esto como un mutuo análisis, otros no .
Hay fotos de Ferenczi en la Marienhöhe, en la puerta, adentro, él solo, con Gizella su mujer, etc . Estas fotografías atestiguan la estada de ellos en ese lugar . Indudablemente, la amistad de estos dos hombres fue muy importante . Es preciso tener en cuenta la trascendencia de esa amistad que duró hasta la muerte de Ferenczi en 1933 . Lou Salomé - que había visitado a Groddeck con Ferenczi en una oportunidad- le escribió a Gizella diciéndole que Groddeck podía haber hecho algo por Ferenczi . Pero en una carta de Gizella a Groddeck ella le dice que había comprendido que, de todos modos nadie hubiera podido hacer nada por su esposo .
Existen estas cartas que se pueden leer en distintos idiomas . Ellas ponen de manifiesto que había una gran amistad y un profundo sentimiento de afecto entre estas dos parejas : Gizella y Ferenczi y Emmy y Groddeck.

La guerra de 1914

En esta época Groddeck tenía el cargo de Director Médico en el Hospital de la Cruz Roja de Baden-Baden, donde iban los heridos de guerra . Estuvo allí poco tiempo . Pronto lo licenciaron . Él creyó que su condición de médico de una hermana del Kaiser y también de su cuñado, podía serle importante para evitarlo, pero no fue así . Lo licenciaron . Esto le dolió mucho, y también a sus pacientes, pero tuvo que dejar el cargo .
Entonces Groddeck dedicó gran parte de sus fuerzas a escribir y también a las labores que tenía como fundador de la Cooperativa de Consumo que había creado en Baden-Baden . Esa Cooperativa hizo una cantidad de casas para los obreros del tabaco ; esas casas existen y están habitadas .
Groddeck no fue solamente un médico sino también un reformador social, un filósofo ; ninguna cosa le era absolutamente extraña . Daba conferencias y charlas a la gente en una cervecería, en cualquier lugar .
Esta intensa vida, su divorcio, su segundo matrimonio, la muerte de su hermana en la Marienhöhe, la muerte de sus hermanos, hicieron que quedara solamente él de los Groddeck . Se hizo cargo de los hijos y la familia de su hermano Wolf . Tuvo realmente una actitud generosa . Así transcurrieron sus años, escribiendo, atendiendo a sus pacientes hasta que comenzó en esa parte de Europa - Alemania y Hungría- la persecución antijudía .
Muchos de los amigos de Groddeck eran judíos, como Ferenczi . Evidentemente, debió haber una gran contradicción entre lo que él sentía y lo que estaba sucediendo en su país . A pesar de todo, él tenía el convencimiento de que Hitler era una persona enérgica que Alemania necesitaba .
Pero ya su estabilidad corría peligro y entonces Frida Fromm-Riechmann y Margaretha Honegger lo hicieron invitar por la Asociación Psicoanalítica de Suiza para dar algunas conferencias en Zürich . Él viajó con ellas desde Estrasburgo hasta allí, donde dio su conferencia sobre la visión y el ver sin ojos . Sufrió dos ataques cardíacos que lo llevaron a ser internado en la clínica del Dr. Medard Boss . Murió allí durante el sueño, el 11 de junio de 1934 .
Pocos días antes, lo había visitado su muy querida amiga Frida Fromm-Reichmann a quien le había dictado cosas y la había acompañado hasta la estación de Knonau, donde ella se embarcó en el tren y comenzó con el viaje que terminaría en América Nunca más se vieron .
Cremaron los restos de Groddeck en Knonau En Baden-Baden hay una tumba con el nombre de Groddeck . Allí está él, su hermana y algún otro pariente . Hasta la muerte de Margaretha Honegger, ( en 1994 ), ella cuidó esa tumba ..

Reacción de sus colegas de la época y posteriores .

Seguramente Groddeck fue compañero de Angel Garma en la Asociación Psicoanalítica de Berlín a la que ambos pertenecían . Garma era entonces un joven psicoanalista y Groddeck ya un hombre maduro .
Muchos de sus coetáneos - Pfister entre ellos -no aceptaron sus ideas porque Groddeck creyó encontrar en el significado de la enfermedad el valor simbólico de los síntomas, dado que él consideraba al hombre, como un ser innatamente predispuesto a la simbolización, y así lo dice en su trabajo de 1922 . " La compulsión a simbolizar ". Otros lo apoyaron como Otto Rank, Ernst Simmel, Karen Horney, y sobre todo Frida Fromm-Reichmann . Algunas personas no estaban de acuerdo, en parte porque una idea nueva siempre provoca cierta irritación . Groddeck contraponía las causas de la enfermedad como bacilos etc, a creaciones del "Ello" y daba poco valor a las cosas que entonces se tomaban como causas fundamentales . También por la forma exaltada que hablaba de sus teorías .
El segundo marido de Vilma Kovacs -miembro de la Asociación Psicoanalítica de Budapest madre de la mujer de Michel Balint, paciente y alumna de Ferenczi- estuvo en la Clínica de Groddeck siete semanas . Simultáneamente, estaba allí también Schmiedeberg, esposo de Melitta, la hija de Melanie Klein . Se hicieron amigos .
Sin embargo, Balint no cita como antecedente a Groddeck en su libro " El médico el paciente y la enfermedad " que trata sobre todo de la relación médico paciente tan largamente trabajada por Groddeck .
Esta disciplina es la que da origen a la psicología médica . También se originan allí los grupos Balint, que duran aún, y en los que hay varios médicos de distintas especialidades con la coordinación de un psicoanalista .
Balint decía que uno de sus autores preferidos era Georg Groddeck . Probablemente lo sería también de su esposa Alice Balint ; ella se ocupó mucho de los primeros años de vida del niño, de la evolución del cuarto de los niños . Tiene incluso un libro acerca de esto.
Las personas interesadas especialmente en todo lo relacionado con niños y sus primeros años ( Spitz, Mahler, Winnicott, Melanie Klein F. Dolto, etc ), sabían que Groddeck ya hablaba de eso en sus " Conferencias " y que toda esta preocupación por esa etapa de la vida del ser humano tuvo su antecedente en Groddeck .
Entre los que pensaron que se tenía que tener en cuenta la multiplicidad de las causas de la enfermedad estaba Félix Deutsch . Estas personas, que son numerosas, parecen coincidir con Freud en la carta éste que le envió a Groddeck respecto del "Ello" en 1925 . Allí escribía : " No reconozco a mi Ello, civilizado, burgués y desmitificado en su Ello ". Es decir que él parecía considerar al "Ello" de Groddeck como algo mítico . Freud proseguía : " Sin embargo Ud sabe que el mío deriva del suyo " . Agregaba que Groddeck no tenía que considerarse fuera de la ciencia
Rycroft en su libro de 1979 " The innocence of dreams " habla del inconsciente y el "Ello" :" En 1923 Freud rebautizó al inconsciente con un término que había tomado de Groddeck " el Ello " pero en Groddeck y en Freud el Ello no es exactamente la misma cosa . En la concepción de Groddeck el Ello es aquello por lo cual somos soñados, el agente que nos envía mensajes a los cuales prestamos o no prestamos atención, que entendemos o que permanecen oscuros para nosotros . En la concepción de Freud el Ello es la fuente de los deseos que buscan una satisfacción alucinatoria en los sueños ., pero el agente que construye los sueños no es el Ello sino aquella parte de la mente que viste a los deseos de una forma simbólica enmascarada al fin de preservar el dormir de la persona . En otros lugares de este libro explico por qué me parece que debe ponerse en duda la idea freudiana de que los sueños sirven para preservar el dormir . y que el proceso de formación del sueño comporta de parte del soñador el trabajo de traducir los deseos inconscientes provenientes del El lo en una forma incomprensible para el soñador . Asumo una posición mucho más cercana a la de Groddeck que a la de Freud .-"
Vemos que el problema entre el inconsciente y el Ello no ha terminado porque los . párrafos citados pertenecen al libro "The innocence of dreams " de 1979 .
Una persona que valoró mucho el aspecto holístico de la forma de pensar groddeckiana fue, entre nosotros, Raúl Usandivaras . Él publicó un artículo - coincidiendo con la aparición de " El significado de la enfermedad " de .Hogarth Press- en la revista " Medicina " de febrero de 1979 . Dice en él : " Esta década está por terminar y el signo de los tiempos en la ciencia parece ser por un lado la revalorización de lo humanístico, con los consecuentes problemas éticos que plantean las líneas de investigación de algunos científicos y, por el otro lado, la necesidad de un enfoque holístico de la realidad para intentar la síntesis integradora de datos parciales".
Marta Békei l cita a Groddeck en su libro " Trastornos Psicosomáticos de la Niñez y la Adolescencia ", Nueva Visión, 1984, colocándolo entre los pioneros de la teoría psicoanalítica .También Maud Mannoni lo cita a Groddeck en algunos de sus libros, por ej.en "Virginia Woolf y la Femineidad" ( Nueva Visión, Buenos Aires, 1998 ), como uno de los pioneros de las primeras épocas del psicoanálisis, junto con Frerenczi, Simmel, Abraham .
Michel Lalive D Epinay - la psicoanalista ginebrina - dice en un libro de 1983 que Groddeck y Lacan tenían la misma actitud frente al hecho de trasmitir los conocimientos cuando se hace escuela .El problema de qué es lo que se trasmite cuando uno hace escuela preocupó igualmente a Groddeck y a Lacan. Éste último se preguntó muchas veces si hacer escuela era la mejor cosa que él podía hacer Groddeck no quiso nunca tener discípulos . De modo que la posición de uno y otro parecen similares . Otro punto en el que Groddeck y Lacan coincidieron, es en manifestar un profundo interés por el lenguaje .aunque desde distintas posiciones
Entre nosotros gran parte de los psicoanalistas están alineados con los que no aceptan las ideas ni la posición groddeckiana . No sabemos cómo piensan los médicos porque no hay suficiente bibliografía al respecto .
Lo que probablemente, no hubiera parecido extraño a Usandivaras - que no puede opinar ya sobre eso -es considerar las primeras Conferencias Psicoanalíticas para los pacientes dadas en la Marienhöhe, como precursoras de la terapia grupal . Ese trabajo de Groddeck va desde el año 1916 a 1919 .
Groddeck vivió entre nosotros desde 1866 hasta 1934, es decir 67 años . Pronto hará 67 años que está muerto .
Nos parece de importancia conocer su persona y sus ideas para tener una visión más completa de los comienzos del psicoanálisis . No nos olvidemos que en esa etapa se estaba formando lo que hoy vemos como doctrina .Falta todavía integrar el pensamiento de Groddeck . Tal vez no sea demasiado pronto para empezar la tarea revisionista .

fuente : Psicomundo La red psi en internet

lunes, 14 de octubre de 2019

Colette Soler De rupturas y construcciones

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por Emilia Cueto


Usted se formó con Jacques Lacan. A más de dos décadas de su muerte, ¿qué permanece vivo del maestro?
Para mí, Lacan vivo es su texto. Por supuesto tengo recuerdos de su persona, de mi análisis con él, de mi encuentro y de Lacan en sus seminarios. Tengo recuerdos, pero para mí lo importante es la orientación que surgió de su obra. Y es verdad que casi desde su muerte –se van a cumplir veinticinco años–, trabajo estos textos y verifico cada vez más que, incluso cuando un texto parece difícil de entender, finalmente si se explica bien, si se trabaja bien, arroja una luz que sirve en la práctica analítica. Entonces, no pienso de ninguna manera que, a pesar de lo que algunos dicen, el texto sea el texto muerto y necesite al autor vivo. Precisamente, un gran texto vive y hay algunos vivientes que no lo hacen.

Su relación con Jacques-Alain Miller data de muchos años. Compartieron diversos espacios que implicaron un arduo trabajo en pos del desarrollo del psicoanálisis, pero también, y en base a los testimonios que aparecen en el libro El Psicoanálisis frente al pensamiento único, atravesaron muchos años de contienda y desacuerdo a pesar de lo cual usted permanecía en la A.M.P. ¿Por qué decidió quedarse?
Voy a precisar lo que introduce la pregunta acerca de la antigüedad del vínculo. Yo llegué a la Escuela Freudiana de París, la escuela de Lacan y seguí los seminarios, pero entré como miembro de la escuela en 1976. En ese momento no conocía a Miller. Sabía que había hecho el índex de los escritos, que era miembro de la escuela, pero en verdad puedo decir que cuando llegué, para mí, Miller no existía. Incluso no asistí, en el comienzo, a la sección clínica en París a la cual él se dedicaba. Entonces, conocí a Miller al final de la Escuela Freudiana, no puedo precisar si en 1977, o en 1978. Bien, después, efectivamente trabajé, al momento de la disolución, en la creación de la Escuela de la Causa Freudiana. Trabajé mucho tiempo en este conjunto y en el Campo Freudiano, también, que desarrolló todos los seminarios fuera de Francia. Eso para ubicar el principio de la historia. ¿Y por qué no me marché enseguida cuando vi que algo no funcionaba? Por una razón que para mí es absolutamente esencial: el problema era una dificultad del conjunto, y no de carácter individual. Había un problema individual con las acusaciones de Miller, pero de todos modos, era una contrariedad de toda la comunidad, entonces, no se me ocurrió salir sola. Y me quedé hasta que pude comprobar que había un montón de psicoanalistas que tenían la misma idea. Veía que pensaban, empezaban a concluir que no era posible continuar así. Entonces, en ese momento sí pude tomar la decisión de marcharme, pero no sola; con la idea de crear otra comunidad con gente que conocía, formada, seria, y que no tenía la intención de montar problemas y de hacer lo mismo que antes.

Esto dio origen a los Foros del Campo Lacaniano.
Sí, exactamente. Finalmente, paso a paso, la crisis se desarrolló y decidimos crear los foros en 1998. Por eso me quedé.

En relación con la temática del pase, usted promueve una única instancia del pase y de la garantía funcionando a nivel internacional, y propone la creación de un colegio. ¿Cuál es la razón de su insistencia en lo internacional?
En primer lugar le voy a decir que no fui sola a elaborar la garantía internacional, porque fue el resultado de una discusión con mucha gente, puesto que quienes salieron de la AMP para crear los Foros, se encontraban no sólo en Francia sino también en España, Italia, Australia, Argentina, Colombia, Brasil. Teníamos un lazo con todos estos foros. Desde años, además. Muchos de ellos eran amigos, colegas de trabajo. Pensábamos crear una comunidad y hemos creado primero en noviembre de 1999, la Internacional de los Foros del Campo Lacaniano. Es decir, una federación de estos foros para mantener un lazo que no fuera un lazo desde la dirección internacional –porque no hay dirección internacional– sino una cohesión internacional entre los foros. Cuando empezamos a hablar de la escuela, el debate se extendió durante dos años para saber qué tipo de escuela queríamos hacer. Puedo decir que en favor de la garantía internacional, se encontraba el hecho de que la comunidad ya era internacional. No es que hemos decidido internacionalizar desde un lugar, ya éramos un conjunto internacional. Sí, habíamos decidido que se podía pensar, que se podrían crear garantías nacionales –una en Francia, una en España, una en Italia, etc. –. Es un argumento que depende de la coyuntura después de la crisis. Pero creo que hay otro argumento, quizás, más fundamental, más fuerte y es que una garantía tiene más valor si se otorga no entre conocidos. Hemos comprobado las dificultades que se presentan para hacer funcionar una garantía internacional, pero pienso que vamos a ir paso a paso resolviéndolas. Hay dificultades puesto que es verdad que donde se conoce el trabajo de alguien, es en su lugar, y queremos que la garantía que se da a alguien estimado en su lugar implique también otros lugares. Entonces, exige que la persona produzca un trabajo que se pueda evaluar más ampliamente y no solo en el ámbito local.

¿Cuáles son las dificultades que se presentan?
Una de las dificultades es que cuando se trata de establecer una lista internacional, todos los miembros de la comisión, por ejemplo, no conocen a todos de la lista. Entonces, se deben informar, deben estudiar el punto y con criterios un poco objetivos, no se trata sólo de la opinión del vecino. Pero creo que la garantía internacional es una idea que tiene su validez. Por otra parte, hay dos títulos que garantizan la práctica, y está también el pase. Y en el pase, dispositivo de pase también, tenemos carteles donde hay gente de Europa y gente del otro lado del Atlántico, es plurilingüístico.

Usted propone que el cartel del pase esté compuesto por colegas de dos o tres lenguas diferentes, lo cual puede generar sus complicaciones.
No es lo más sencillo. Lo más sencillo es siempre trabajar en su rinconcito con los más cercanos, los conocidos, los amigos. Si buscamos la sencillez, no la vamos a encontrar, precisamente, en lo que estamos proponiendo.

En La maldición sobre el sexo, toma la expresión de Lacan “el escándalo del discurso analítico”. ¿Le parece que Lacan ha podido superar, a través de las fórmulas de la sexuación, las dificultades que se presentan en Freud al momento de pensar, desde la estructura, la diferencia hombre-mujer?
Sí. Quizás, no sé si lo pensaba en el momento en el cual hice el curso sobre La maldición sobre el sexo, pero en mi último libro, con los años transcurridos entre los dos textos, pienso que efectivamente, Lacan ha logrado superar este escándalo. El escándalo –que Lacan atribuye a la Asociación Freudiana, IPA, pero que viene de Freud– consistía en el hecho de que el propio Freud ha pensado a las mujeres sobre el modelo que había construido respecto al hombre. Lacan dice que utiliza la misma vara, medida, para las mujeres y que este escándalo se encuentra disimulado desde Freud. Hubo un momento en los años ’30 donde se desarrolló un debate sobre el tema, y después, nada más. Para simplificar, Lacan relanzó el tema, hay que decirlo. Lo relanzó y seguro que con las fórmulas de la sexuación y especialmente lo que sigue al seminario Encore, no comparte de ninguna manera la posición freudiana. Pero lo que descubrí desde el seminario sobre La maldición sobre el sexo es que si se lee bien, Lacan ya había contestado la pregunta “¿qué quiere la mujer?”, pregunta del Freud del último período, con la cual confesaba no haber resuelto el problema. Freud es siempre más sutil de lo que uno piensa.

En las últimas décadas, se han producido cambios importantes en el terreno sexual. Hay una apertura a aceptar prácticas que antes eran socialmente rechazadas. ¿El discurso psicoanalítico ha tenido alguna incidencia en ello?
Sí, pienso que sí; creo que un siglo de psicoanálisis no fue sin efecto a este nivel. Quizás no sólo se trata de la incidencia del psicoanálisis, existe la incidencia del capitalismo, hay la incidencia de lo que formulamos, cuando decimos con la expresión de Lacan, el Otro no existe. Pero creo que el mensaje freudiano sobre lo que él mismo ha llamado la perversión polimorfa, es decir, las fragmentaciones de las zonas erógenas, de las pulsiones, todo eso que Freud descubrió en 1905, los ensayos sobre la sexualidad, fue un escándalo, pero ahora es una banalidad. Todos saben eso, y lo que Freud sacó de la represión con tanto esfuerzo, ahora, se encuentra exhibido en la superficie del discurso sobre las pantallas de la televisión y es como si el mensaje freudiano hubiera pasado.

¿Es el mensaje freudiano el que caló de alguna manera en la cultura? ¿O es que Freud se anticipó a lo que iba a venir?
No creo que Freud se haya anticipado. Nada indica que se anticipó, porque Freud nos habla de las pulsiones reprimidas, refoulées; en castellano, hay una sola palabra para dos. Las pulsiones reprimidas que él descubre vía el desciframiento del síntoma, no las descubre observando a los sujetos. Observando a los sujetos descubre en el marco de la educación de su tiempo –una educación victoriana, bien normativa–, los ideales, las normas, las buenas conductas y los síntomas que impedían funcionar cosas. En todo eso, no hay nada que indique la presencia pulsional. Es descifrando los síntomas que descubre lo que detrás del síntoma se fabrica (podemos decir, a partir de las pulsiones reprimidas y el desplazamiento de las pulsiones reprimidas). Freud no anticipaba de ninguna manera. El solo esperaba que, quizás, el psicoanálisis pudiera impedir una represión demasiado feroz de las pulsiones, pero Freud nunca anticipó el hecho que la represión de las pulsiones podría bajar al punto que vemos ahora.

En referencia a la dimensión terapéutica del psicoanálisis respecto a síntomas, tales como fobias u obsesiones, uno de sus planteos es que la pareja sexual es siempre sintomática. ¿Esto es algo inherente a la pareja sexual o, se relaciona con que ya no hay modelos?
Es más fundamental. Podríamos decir que los modelos mismos eran sintomáticos. Podríamos decir eso –se necesitaría, quizás, desarrollar un poco–, pero cuando digo que la pareja es sintomática me refiero a la idea que Lacan ha formulado de diversas maneras, pero finalmente, con la expresión “No hay proporción sexual”, lo que quiere decir sencillamente que en el Otro, el Otro del discurso, el Otro del lenguaje, no hay inscripción de una pareja de goce, hay ideales, mujeres ideales, hombres ideales. Son significantes finalmente. En el Otro, hay los significantes de la mujer, los significantes del hombre, de los niños, también, pero eso no dice nada del aspecto viviente del goce corporal, y especialmente, en la pareja. La elección del partenaire se encuentra determinada vía el inconsciente. Es lo que significa decir: es sintomática. Y no puede ser otra cosa que sintomática, precisamente, porque no hay una inscripción universal y, tampoco, un lazo natural, como se da en los mamíferos superiores. El macho va a la hembra. En la especie humana no es así.

A cien años del Blooms day, retomo un planteo que expusiera en relación con la tesis que postula Jung con respecto al Ulises de Joyce. Jung decía que era ininterpretable. Su afirmación es que esa tesis es perfectamente lacaniana avant la lettre.
Lacan no ha dicho exactamente que Joyce no era interpretable. Ha dicho cosas, pero bajo otra forma. Ha dicho que su texto no dice nada a nuestro inconsciente, no resuena con nuestro inconsciente. Él no ha hablado exactamente del no interpretar. Me parece que Jung ha captado algo, efectivamente, que algunos no están de acuerdo, los universitarios no están de acuerdo para decir que Joyce no se puede interpretar, que Ulises, más bien, no se puede interpretar. Intentan interpretarlo y dicen: puesto que intentamos hacerlo y lo hacemos como pueden decir que no es interpretable. Pero creo que Jung captó algo y, además, estaba enfurecido con el texto de Ulises, porque vio que parecía algo como asociación libre, pero que no se lograba sacar una interpretación. Había tantas interpretaciones probables que no había una posible.

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